domingo, febrero 15, 2009

" La disfuncion erectil "


     La disfunción eréctil o impotencia erigendi (a veces llamada incorrectamente sólo impotencia) es la incapacidad repetida de lograr o mantener una erección lo suficientemente firme como para tener una relación sexual satisfactoria.
     La disfunción eréctil es un padecimiento común en nuestro país, ya que uno de cada dos hombres mayores de 40 años la padece.
Si bien antiguamente era conocido como "impotencia", hoy se considera que el término "disfunción eréctil" es más apropiado, teniendo en cuenta las connotaciones negativas con las que algunas personas asociaban la primera palabra.
Muchos hombres tienen o tendrán ocasionalmente un problema de erección en algún momento de sus vidas, mientras que para otros se convertirá en un problema frecuente. Actualmente, esta condición afecta a más de 100 millones de hombres en el mundo.
Aunque en la actualidad el avance de la ciencia médica ha permitido encontrar tratamientos efectivos, desafortunadamente la falta de información adecuada hace que el 90 por ciento de los varones con esta patología, no busque tratamiento. Sin embargo, visitan al especialista argumentando otros padecimientos o molestias sin atreverse a hablar directamente sobre el verdadero mal que los aqueja.

La mayoría atribuye la disfunción eréctil a preocupaciones de la vida cotidiana, como estrés o trabajo, y suelen pensar que el problema desaparecerá pronto, de modo que no reconocen la existencia de algún inconveniente que afecta la vida sexual en pareja.
Hablar del tema no debería ser tan difícil y mucho menos con un médico que precisamente puede ayudar a resolverlo. Muchos hombres, antes de reconocerlo, afirman que están experimentando "fallas". Esas "fallas" en la intimidad pueden ser disfunción eréctil y no resolver la situación con la ayuda médica puede generar preocupación continua, estrés, ansiedad e incluso afectar la autoestima. La disfunción eréctil no debe ser algo vergonzoso; no significa que es estéril ni tampoco que no se pueda tener un orgasmo o eyaculación, pues está demostrado que la capacidad eréctil no está relacionada con estos factores. La disfunción eréctil es tratable en la mayoría de los casos y si bien no es una condición amenazante para la vida -aún siendo severa-, puede tener un gran impacto en la autoestima del hombre y en sus relaciones de pareja.
Estas acciones demuestran que el tema de la sexualidad y, sobre todo, de los padecimientos como la disfunción eréctil constituyen todavía un tabú entre la sociedad. La falta de una verdadera comunicación entre las parejas y el médico constituye uno de los principales problemas que impiden buscar las alternativas de tratamiento para los pacientes.
Las diferentes causas que ocasionan este problema son psicógenas, orgánicas o mixtas, entre las que sobresalen por su frecuencia:
-Diabetes mellitus
-Hipertensión arterial
-Aterosclerosis
-Obesidad

Una vez que se alteran los cuerpos cavernosos encargados de generar la rigidez característica del pene, no es posible revertir el fenómeno. Por ello, hay una serie de recomendaciones que incluyen el uso de fármacos.
También una solución importante es acudir al médico, quien con toda seguridad puede escuchar las inquietudes relacionadas con la vida sexual en pareja y podrá determinar un tratamiento que permita al hombre responder con la confianza y espontaneidad de siempre. La otra parte de la solución no sólo está en lograr una erección, sino en redescubrir la intimidad con la pareja.
      Tratamiento de la DE.
Menos del 10 % de los hombres que sufren DE buscan ayuda médica. Al enfrentarse con la DE, es frecuente que se desmoralicen, que se depriman o que se busquen tratamientos milagrosos. Existen innumerables remedios populares que se deben considerar con toda cautela y escepticismo. Actualmente existen muchos tratamientos eficaces y muy seguros
El primer paso es definir la causa, si es posible, y luego intentar la solución más sencilla y menos arriesgada. En síntesis, las distintas alternativas terapéuticas incluyen una o varias de las siguientes:
   1. Cambiar los hábitos de vida que afectan a la salud de las arterias y venas: dejar de fumar, moderar el consumo de alcohol y de grasas, hacer algo de ejercicio y aprender a relajarse.
   2. Cambiar o reducir los medicamentos que puedan estar provocando DE, como algunos antidepresivos, diuréticos y.
   3. Psicoterapia y terapia conductual. Independientemente de la causa de la DE, se recomienda para todos los pacientes alguna forma de terapia psicológica, conductual, sexual o de combinación, generalmente asistidos por su pareja, sea ésta hombre o mujer.
   4. Terapia transuretral y de inyección. Consiste en la inyección de medicamentos en el tejido eréctil, para relajar los músculos lisos del pene y permitir que pueda tener lugar la erección.
   5. Medicamentos orales que estimulan la actividad de la dopamina en el cerebro pueden aumentar el deseo sexual y con ello facilitar la erección. Con este fin se han comercializado pastillas sublinguales de apomorfina.
   6. Sildenafil (Viagra). Aprobado para su uso en Europa y Estados Unidos, es el medicamento oral que ha mostrado resultados más prometedores en la DE. En los estudios realizados, el sildenafil mejoró las erecciones en 3 de cada 4 participantes (~75%). El Viagra® aumenta una sustancia llamada GMP cíclico, que se produce en el pene durante la actividad sexual y que aumenta el flujo sanguíneo. Así, el sildenafil aumenta el flujo peneano de forma natural, de modo que la estimulación sexual causa erección. Viagra® no es, pues, un afrodisíaco, ni una hormona, ni un producto que cause por sí mismo erección, sino que sólo ayuda a conseguir una erección cuando existe estimulación sexual. El Viagra® se toma "a demanda" –sólo cuando se desea–, y su acción comienza en 30 minutos y dura hasta 4 h. No se recomienda más de 1 tableta al día. Los efectos colaterales incluyen molestias digestivas, dolores de cabeza, enrojecimiento facial y dolores musculares y, en un 3 % de los tratados, alteraciones de la visión.
   7. Tratamientos hormonales. La terapia con testosterona está indicada sólo en hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterons, la hormona masculina). Puede utilizarse por vía oral o en parches. La testosterona no se recomienda nunca para hombres con niveles normales de hormona masculina; en éstos puede mejorar el impulso sexual, pero a costa de causar daños sobre la próstata y el hígado, a veces irreversibles.
Fuente:http://es.wikipedia.org/wiki/
http://www.oem.com.mx/elsoldemexico/

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